Eterna.

Yo, que pensé que siempre estarías ahí.
Aún dices que estás,
no te mientas, no me mientas
Vos, ya no estás.

El alma me duele,
se agita mi cuerpo,
me faltan lunas,
me faltan tus versos.

No intentes mandar cartas,
guiños, ni flores.
Yo, pensé que éramos eternas,
cuasi almas gemelas.

Decidí irme, y ni te darás cuenta,
esta vez  no habrá despedida,
nuestra amistad dicen que será eterna.

Viajar.

Fuí.
Viaje a ese lugar sin dirección, estaban todos menos tú.
Regresé a casa, ahi te dejé tus cosas,
son muy pocas, pero estan todas.

Sí, lo demás se queda conmigo.
Adiós.

Fumándote.

Fumarte, no sería mala idea,
robarte un beso, tampoco.
Pero hoy recordé que no es domingo.

Domingos, días aburridos,
en los cuales me robas un suspiro,
te tomas algo de vino,
mientras cuento lo vivido.

Hoy, no es domingo,
pero si intentamos ser,
ser esas copas vacías de vino ,
ser esos tristes domingos.

Fumándote, estoy.
Recordándome estás.
Y no es domingo.

Instrumento.

Él, llega de manera apresurada,
voltea si le grito,
observa mi vestido,
mientras pide un café y su cigarrillo.

Toca lentamente,
acaricia ese instrumento,
sobresalta cada poro de mi cuerpo.

Toma, fuma, canta, y  grita a veces,
él transforma toda la casa,
se acuesta de manera pausada,
pero desaparece como la noche.

Es de noche, está presente.
Vive, se sienten sus manos,
al acariciar su preciado instrumento.

Ventana.

Te vi,  y así también te alejaste.
Dejaste atrás todo lo planeado.
Yo, te vi salir, huir,
mientras te observaba desde mi ventana.

¿Que te decían esos ojos?
¿Que te decían esas lagrimas?
Tu, pensaste que nada.

Nada de lo que fue, regresa.
Nada de lo que quisiste ser, es.
Todo , ahora se convirtió en nada.

Ya es tiempo, de no mirarte.
De romper esa ventana.