jueves, 6 de noviembre de 2014

Frío en primavera.

Buenos Aires, noviembre, 2014.

Habían quedado encontrarse
justo ahí donde se oculta el sol,
en la noche, bajo la lluvia
detrás de la luna,
en silencio,
para no olvidarse nunca mas.
Pudieron mirarse el alma y jugar con ellas,
acariciarse hasta amanecer, y contar cada uno de sus lunares,
para luego despertar con besos de desayuno.
Caminaron sin tomarse la mano
por que ellos ya estaban destinados,
él nunca dejo de mirarla, y no se atrevía a decirle nada
ella prefirió callarlo todo para poder regresar,
y ser amores en primavera. 

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