jueves, 31 de diciembre de 2015

Este año fue maravilloso;  muchos cambios, regalos que te va dando la vida, y sin ni siquiera pedirlos, o darte cuenta.
Aprendí a SOLTAR, y como cuesta.
Cuesta entender que no todos somos iguales, que la paciencia y perseverancia puede con todo, hasta con los más grandes sueños, esos que crees que son utópicos.
Este año; viajé, viajé mucho, conocí y descubrí lugares y personas hermosas que alegran mis días, algunos se han ido, pero vale la pena los que han decidido quedarse,
este año decidí ser yo misma, decidí ser feliz.
Fui maestra de moustritos bebes de Derecho, y como lo disfruté.
Escribí cuanto quise, y seguí leyendo de lo que se me dio la gana.
Dije te quiero y extraño, tantas veces y no me arrepiento.
Perdoné y deje de llorar.
Disfrute mi soledad al  máximo.
Cumplí años, y aprendí a celebrarlos, muy a mi manera.
Este año, suspiré mucho, recordé tanto y guarde solo lo que me hace sonreír,
también deje de putear tanto.
Todos los años que pasan, todos creemos que ganamos algo, pero este en especial siento que gané mas yo, este año decidí ir detrás de mis sueños, de mis ganas de volver a romperme y encontrarme pero que sea en definitiva, este año decidí renunciar a todo, a mi vida por mas de diez años en esta ciudad, a la que llegó una  Claudia de 17 años con una maleta y mochila pequeña, sin saber por donde empezar.
Hoy, tengo 28, y tuvieron que pasar muchas cosas/personas en mi vida, para darme cuenta que la vida es solo una, y se la debe vivir en pleno, sin mariconear.
Hoy, por fin me decidí volar.
Nuevamente cargo una maleta y mochila,  y voy a buscar mi lugar en el mundo, ese que todos añoramos encontrar.

Beso y mucha luz.